ÁNGEL
STANICH
En poco más de cuatro años desde
su ya emblemático debut como artista inclasificable, (Camino
ácido, 2014), aquel desconocido Ángel Stanich
de voz extraña, barba y cabellera hirsuta, se ha convertido
en una de las referencias de renovación musical más
vigorosas y aclamadas por músicos, medios y público.
Ha sido un tiempo mágico, de incontables
conciertos y festivales sorprendiendo a todos con esa increíble
personalidad salpicada de imágenes cinéfilas, ingenio
surrealista e ironía. Una travesía apuntalada por
sutiles himnos generacionales como “Carbura!” (Cuatro
Truenos Cayeron, 2015), “christmas envenenados”
(Jesús Levitante) o un exuberante EP (Siboney),
que clausuraba ciclo y abría la puerta a nuevas e insospechadas
aventuras, al deslumbrante universo de su último álbum,
Antigua y barbuda (2017).
Una ocasión de descubrir a un músico
al margen. A un artista diferente que ha llegado donde está
sin hacer un sola entrevista y del que, sin embargo, todos hablan.
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