PONY BRAVO
Pony Bravo se forma en Sevilla en 2006. Daniel Alonso, Pablo Peña, Darío del Moral y Javier Rivera
forman una célula de activistas pop tan atípica y personal que ni su marcado acento andaluz ha frenado a la banda
sevillana en su progresivo asentamiento dentro de la escena nacional. Pony Bravo, nombre que deviene revolución en contenido
y forma, llevan más de una década dedicándose a desmembrar los cánones de la música popular a través de una propuesta repleta
de humor surrealista y experimentación sonora.
Su música bebe del post punk, el flamenco, el folk metafísico, la psicodelia y el kraut a la andaluza,
una mixtura de sonidos y códigos de tradición pop-art que ha cautivado al público y a los medios con la contundencia de unos
genios de andar por casa. Discos como Si bajo de espalda no me da miedo (El Rancho 2008),Un Gramo de Fe (El Rancho 2010) o
De Palmas y Cacería (El Rancho 2013) han supuesto para los cuatro ponis el encumbramiento por encima de muchos de sus coetáneos.
Trotando a su manera y siguiendo el dictado del "no hay reglas", Pony Bravo se antoja la auténtica revolución del rock sureño,
ese estilo que parecía congelado tras la irrupción de la Expo 92 y que ahora parece despertar entre guiños a los sonidos de raíces
y locas permutaciones compositivas.
Tras una temporada de barbecho discográfico, los sevillanos regresan con un nuevo disco, Gurú (Telegrama, 2019)
que significa una vuelta de tuerca mas a su peculiar sonido.
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MAPACHE
Marta Mapache (poemas, voz) y Leo García (bajo), se unen al violista y guitarrista Alberto Pielfort y al
batería Marcos Fernández para la realización del LP "Danza Salomé", grabado en los Estudios Happy Place de Sevilla en julio
de 2017, junto al ingeniero de sonido Javi Mora.
A partir de aquí inicia la andadura de esta banda de estilo inclasificable donde los poemas son parte
central de las composiciones. Una mezcla de rock, poesía y lenguaje cinematográfico. Con una instrumentación base de:
batería, bajo eléctrico, guitarra eléctrica y viola alternativamente, se suman en sus canciones otros instrumentos como
guitarra acústica, quijada, bouzouki, loops, efectos, etc. dando un resultado de estilo ecléctico donde no obstante
prima el sonido crudo del rock más primigenio.
Pantano y poesía. Música fronteriza. Va de licores destilados clandestinamente, de melancolía
rocosa y aires negros introspectivos. O eso dicen.
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